Creo que desde siempre quien ha tenido el poder ha controlado la información, y las modas e incluso el arte.
El hacer graffiti para mi es una forma de escapar del poder, de lo convencional. De rechazar las migas que nos dan para intentar coger todo el pan. No necesitamos que nadie nos diga que debemos pintar, no cómo, ni donde. Ahora temo más por esta forma de expresión, por esta cultura, cada vez más y más convencional, absorvida por grandes empresas y usándola para lucrarse como hacen con todo, destruyendo un verdadero espírito reivindicativo.
El graffiti ilegal (que no ilegitimo, al menos no para mi) lo veo como algo necesario en un mundo donde cada día más parecemos robots, no no inmutamos con nada y desde que nos levantamos vemos, oímos, comemos, vestimos, leemos lo que nos imponen (más o menos directamente, con más o menos descaro, con más o menos violencia, pero impuesto al fin y al cabo).

Así pues, creo necesario que "manchemos" esas pulcras paredes. Una ciudad sin paredes pintadas significa que es una ciudad donde ha dominado el miedo, lo gris y la censura del poder.
Ya sea por sacar de dentro lo que sentimos ante tanta presión y que no nos podamos expresar de otra monera que artística e ilegalmente, o para transmitir un mensaje que a través de los medios de comunicación, los mass media, no va a llegar a la población, hagamos uso de la creatividad, y reivindiquemos lo que es nuestro.
Mientras haya conciencia y no haya libertad habrá paredes pintadas. Paredes que nos harán leer cosas con las que pensar y reflexionar. Paredes donde descubriremos verdades que no nos habrían llegado de otro modo. O simplemente veremos algo que ensucia la ciudad, pero que si no estuviese ahí, sería una ciudad mucho más monótona y aburrida, que cada vez más daría paso a un conformismo que no queremos.
Por eso repito y repetiré: Si las personas callan que griten las paredes.


No hay comentarios:
Publicar un comentario