El graffiti, como tal, en el estado español tuvo un pionero concreto.
Desde hace mucho, y con diversos motivos se habían hecho pintadas, con significado político, con mensajes concretos y claros, expresando ideas explícitamente, reivindicando cosas.
Pero ha mediados de la década de los '80 en un barrio de Madrid empezaron a aparecer pintadas, que ponían "Muelle (r)" y la gente no sabía lo que significaban. Eran el fruto de los sprays manejados por Juan Carlos Argüello, joven madrileño que inspirado por los graffiteros estado unidenses empezo a plasmar su firma en la capital.
Al empezar a plasmar su firma por una gran cantidad de paredes pronto fueron muchos jóvenes los que le quisieron imitar, adoptando su propia firma y expresaron lo que no podían expresar de ninguna otra manera. Y así ha sido hasta el día de hoy, siendo muchas personas las que actualmente ven la necesidad, o la simple satisfacción (por muchos y diversos motivos) de modificar el feo gris de la ciudad, y darle un poco más de color y rebeldía.
Tanta fama ha ido ganando Muelle, que hasta se hizo una película-documental de crónicas urbanas "Mi firma en las paredes (Muelle)", ha habido intentos legales por preservar su última pintada intacta (la de la foto), se escribió el libro Yo conocí a Muelle, y se menciona, junto con otros grafiteros en una novela de Arturo Pérez-Reverte. Es decir, Mulle tuvo una gran repercusión.

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